Caminas mudo, distante y con la duda clavada en la nuca. Sonríes y te mientes. Te escondes y todo parece mejor, tras el velo raro de una mentira teñida de falsa verdad. Que se distrae tras el torbellino arrebatador de sentidos inconexos que atraviesan un pasillo largo de humillaciones que pudieron evitarse. Y ahora eres tú, el que usa esa misma técnica para salvarse de una muerte prematura de querer ser sin poder serlo. Y querer seguir fingiendo que esa es la vida y esa es tu meta hoy en día.
Y el circulo vicioso, se estrecha. Vuelven las recaídas, el decirse ahora luego y quizás más tarde. Y el pausarse y distanciarse para seguir sintiéndose grande, sobre un ego que se desborda y se vuelve tan egoísta como su propietario. La soledad aprieta, ahoga y carcome tras los pasos mal dados, y las equivocaciones traicioneras de una mente perturbada por Dios sabe qué.
Hoy es blanco, mañana negro, quizás pasado sea gris. Hoy un "si" te despierta del ensueño, mañana un "no" te devuelve a la oscuridad. Y esa es la vida, tan querida, tan verdadera, y tan esperada por un sin nombre como tu, que hoy decide. Porque el siempre saber qué decidir, en que momento y en que lugar.
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