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Ilustrado: La niña Silencio

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"Quiero seguir siendo la niña que fui. La que sonríe y destapa un halo de ternura. La que se mira entre las fotos y sigue reconociendo ese aire de desenfado y silencio, marcado por la timidez de unos labios que se entre-abren al mundo temblorosos pero llenos de energía."

Los libros ilustrados me inspiran, me inspiran tanto que volaría a un universo paralelo y me quedaría allí inventando historias que nunca fueron y debieron existir.
Me quedaría absorta observando desde un rincón todas y cada una de las cosas que aparecen ante mis ojos. Y escribiría, lo haría sin parar hasta que el cansancio se apoderara de mis dedos y estos, no pudieran más.

Es por eso que, me siento tan feliz cuando algo cala en mí.


La niña silencio, nunca dice nada aunque su cabeza siempre parlotea... A de alondra, B mece al bebé, C como un cisne. Y mientras recita esas palabras en silencio yo me duermo entre sus brazos y quedo prendada. La acompaño en sus días de luz y oscuridad para que no se sienta sola en este mundo, a veces, tan cruel...

No sé si son las ilustraciones de Benjamin Lacombe, el texto delicado y tan duro a la vez de Cécile Roumiguière, o tal vez el conjunto de esa explosión. Que me hace pensar en ese libro y lanzarme de lleno a una ternura extrema de tristeza, melancolía y soledad. A la tranquilidad prematura de un presente inexistente, de querer cambiar el mundo y sucumbir al lugar de los sueños donde reina la paz.

Aunque la temática sea tan triste y salvaje como es el maltrato infantil, la reflexión tan vivida de esta historia no dejará a nadie impasible. Con el fin de que el niño silencio hable y evitar que se repita esta historia una y otra vez.


¿y quién dijo que los cuentos tan sólo eran para los niños?

Los cuentos son para todo aquel que se atreva, a soñar
o en este caso, 
a reflexionar sobre una dolorosa realidad. 


Jimmy, mi querido Jimmy.

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Supongo que hace un año y medio jamás me hubiese visto en esta situación, lo más seguro es que ni siquiera supiera de la existencia de tales reliquias. Y sin embargo he llegado hasta ellas y ya no puedo volver la vista atrás.

Ni quiero hacerlo.

Buscando sin querer me encontró, me hechizó y desde entonces no soy la misma.

Libros ilustrados.

Pero no hablo de libros ilustrados en general, hablo de aquellos que le dan un vuelco al corazón, de aquellos que los acompaña un texto tan simple, y a la vez tan poderoso que es capaz de calarte hasta los huesos.

De hacerte sentir, quizás de la misma forma que lo siente el autor, de transmitir cada uno de los contornos de los trazos y colores que forman sus dibujos. Letras e imágenes que se complementan para hacerte vivir, lejos de un mundo real, o para hacerlo más real, si es posible.

Jimmy Liao, enamora.






El sonido de los colores.


El año en que el ángel se despidió de mí en la boca del metro, poco a poco, yo había ido perdiendo la vista.
Una mañana de otoño, el día en que cumplía quince años, mientras fuera lloviznaba y después de haberle dado de comer al gato, a las seis y cinco, me encaminé hacia el metro.


"Ahora ya no tengo que pasar sin ello: 
todos los colores se traducen en sonidos y olores. 
Y resuenan como melodías de belleza infinita. 
¿Para qué quiero un libro? 
El viento hojea los árboles y sé lo que allí son palabras 
y las repito a veces en voz baja.
 Y la muerte, que arranca ojos como si fueran flores,
 no encuentra ya los míos."


La noche estrellada.
En aquella época, el futuro remoto era algo indefinido, no sabía qué nombre dar a mis vanas ilusiones. Solía estar sola, deambulaba por calles interminables, y cuando se levantaba el viento me sentía como la hojarasca. Contemplaba el cielo estrellado, deseando saber si habría alguien en algún lugar del mundo encaminándose hacia mí. Era como la luz, que va de una estrella a otra. Luego apareciste tú. Y después nos separamos. Esperábamos la juventud, pero nos equivocamos el uno con el otro.

Reinas, calabazas y armaduras oxidadas

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Todo llega en el momento apropiado, es como si el mundo entero conspirara para que sucediera realmente así, puedes ignorarlo, aceptarlo o darte de bruces contra el suelo. Cualquier opción es válida, pero no por ello correcta.

Viernes noche, sentada delante de un televisor casi en mute, hallando la forma de silenciar todas esas palabras que revotaban una y otra vez por el subconsciente, no dejando escuchar a la razón, esa que actúa según la lógica, de forma correcta y concisa, tranquilizando cualquier atisbo de nerviosismo. Buscando cualquier tipo de distracción que consiga atenuar el sonido de esas voces que se pasean descontroladas por una cabeza cansada de tanta tontería.
Una pequeña pirámide de libros sutilmente colocada en la mesa de centro, me llama la atención. El primer libro sobre pájaros y algo más, no logra cautivarme por completo, lo levanto y me encuentro con un libro de color rojo, un color que si consigue despertar mi curiosidad, una manzana en la portada, y creo recordar que se llamaba algo así como "La manzana de Eva", la verdad no recuerdo muy bien el título. Lo hojeé por encima, sin perder de vista el punto de libro, y me paré en una pequeño fragmento, dónde usaba una metáfora de reinas, calabazas y armaduras oxidadas, no sabía muy bien a que se refería aquello, si era un poema, si era una historia, si era en referencia a otro libro, sólo se que me gustó. Y pensé, tengo que leer este libro.
Un día más tarde, ansiosa por entretenerme con algo de lectura, me acordé de "La manzana de Eva", me puse en busca de ese libro, pero no lo encontré, ni rastro de tal manual. Me acordé de algo así como que en toda mujer hay una reina, y ahí fui a parar a esa metáfora que leí sin querer, y me llevo al libro de aquel fragmento que había leído el día anterior.
El título me cautivó por completo.

La Reina que dio Calabazas al Caballero de la Armadura Oxidada.

Bien, lo empecé anteayer. Leí el prólogo escrito por otro autor, y eso acabó por convencerme que me hallaba ante algo que cambiaría mi forma de pensar, algo nuevo, algo que conmueve justo como a mi me gusta.
Hoy a duras penas he podido salir del hospital, trabajo me ha costado despegar mis ojos del ebook, es más, no sé como he conseguido llegar hasta el coche sin chocarme contra un árbol, o tropezarme con la acera. Mariposas en el estómago. Una sonrisa encaramada en los labios, como cuando piensas en alguien especial. Soy una enamoradiza de las cosas insignificantes que para mí lo significan todo. Me dejo llevar por la emociones, y sin querer me descubro sintiendo más mucho más. Pero es que a mí, cuando algo me gusta, me gusta y punto. Ni peros, ni excusas.

No sé cuanto durará este estado de éxtasis, y la verdad poco me importa, cuando al fin termino un libro que me gusta tanto, entro en un trance de tristeza/felicidad. Por una parte quiero más, y por otra me siento tremendamente especial por crear estos vínculos tan fuertes.

Empiezo a ver la parte positiva de todas estas cosas, las mismas por las que antes me sentía avergonzada, o incluso atemorizada por el que pensarán, o que sensación causará, una paradoja; el miedo a causar miedo.
¿Pero sabéis que? Qué ya esta bien de tanta tontería, de tanto callarse las ideas, de tanto agachar la cabeza y sentirse culpable. Que yo soy como soy y a quien no le guste, viento fresco.

Una lástima ver cuando alguien se niega algo que en el fondo quiere. Una verdadera lástima.


«Aunque tengas miedo, inténtalo, sigue adelante.» 

La alargada sombra del amor

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"Lee, sueña, descansa, diviértete... 
No cedas a la desesperación, usa tus sueños, y si están rotos… pégalos. 
Un sueño roto bien pegado puede volverse aún más bello de lo que era. 
Ama las cosas, estás vivo, y lucha solo, de ahí saldrá tu fuerza interior."





* Si no tenéis historias no tenéis nada. 


* Ahora que siempre es de noche para ti.

* En el reloj de tu corazón, la aguja pequeña ya nunca volverá a subir hasta las doce.

* Es espantoso el ruido de un corazón cuando se rompe.

* Reina una silencio que anula todo lo demás, denso como una losa.

* Aunque te hayas hecho a la idea de que va a suceder lo peor, la caída siempre es un brutal golpetazo.«Se acabó.»

* Ahí empiezan las caricias cortantes, las que se clavan en los antiguos recuerdos.

* Si es preciso, trucaré los relojes del mundo entero.

* Nunca más volveré a verte, y tú nunca más volverás a ver nada.

* Escondo el corazón en el hueco de mi sombra.

* Nadie dice nada, pero todo el mundo lo sabe.

* Giant Jack is on your back, littleman!

* Esta noche, necesito la luna, ¡mínimo la luna!

* Me gustaría ver algo de lo que tú aún ves, cavo para encontrar otra cosa que no sean los recuerdos...

* Mi sombra se hace jirones, siento cómo se desgarra.

* Quiero más. Su humor de terremoto y sus historias de sombras, quiero más. La distribución de escalofríos, la sensación de que todo es posible, volar de noche o esconderse en un árbol, ¡quiero más!

* Y después nada más. Ultimo eco y silencio total.

La mecánica del corazón

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Primero, no toques las agujas de tu corazón.
Segundo, domina tu cólera.
Tercero y mas importante, no te enamores jamás de los jamases.
Si no cumples estas normas la aguja del reloj de tu corazón traspasará tu piel,
tus huesos se fracturarán y la mecánica del corazón se estropeará de nuevo.



* El frío es tan intenso que los pájaros se congelan en pleno vuelo antes de caer estrellados contra el suelo.

* Mis párpados se cierran, ligeros como persianas que caen en un atardecer de verano. Ya no tengo ganas de gritar.

* Te pasas el tiempo curando a la gente, pero ahogas tus heridas en el alcohol de tus propias lágrimas.

* El vapor, pánico mecánico de mi corazón, se filtra por los raíles.

* ¡Sé imprudente y, sobre todo, entrégate sin reservas!

* Su máquina de los sueños se pone de nuevo en marcha, lentamente.

* Puedes pasearte cuanto quieras a mi alrededor con tu rictus de muerta viviente, pues no me arrebatarás nada.

* Llevas un cuclillo entre los huesos ¿y qué? Simplemente así de simple.

* Esta noche, me encaramaré a la luna, me instalaré en su cruasán como si estuviera en una hamaca y no tendré ninguna necesidad de dormir para soñar.

* Enfermedad rosa, de reflejos rojos.

Ver sin ver de verdad y, sobre todo, sin hacerse notar.

Por mucho que uno se deleite con la luna, también necesita del Sol.

* Mandad llamar al Sol y al viento, nos hace falta calcio para los huesos de nuestros cimientos.

* Me curo de este amor perdido a golpe de consuelo; es una medicina dulce que a veces pica un poco, pero que me permite reconstruirme.

* Voy a romperte ese corazón de madera en la cabeza, lo romperé con tanta fuerza que ya no serás capaz de amar.

* La mecánica de mi corazón se recalienta.

* Estoy rompiéndolo todo, lo veo en el espejo partido de su mirada, hay que dar macha atrás, y lo más deprisa que se pueda.

* Mi cerebro le pide una sonrisa a mis recuerdos, pero el mensaje debe de haberse perdido por el camino.

* Quisiera que me instalaran un corazón nuevo y ponerle el contador a cero. No quiero volver a enamorarme nunca en mi vida.

*  Esta noche, me acuesto con ganas de revolver entre los sueños y los recuerdos que guardo en la papelera de la pasión. Quiero ver qué es lo que queda de mi viejo corazón, el mismo con el que me enamoré.

*... Pero esta ha sido la última vez... A partir de ahora ya no existes para mí...


Metamorfosis en el cielo

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* El tiempo frena y acelera simultáneamente, me produce vértigo.

* Curiosamente, con la Dama de la Guadaña y su carrusel de sombras acercándose, se ve mejor la vida.

* Mi corazón no late, baila.

* Yo contengo el aliento por miedo a que el sueño al que asisto se desvanezca.

* El efecto sorpresa me congela la mente. Corazón y cerebro cortocircuitados. Un soplador de vidrio intenta dar forma a mis pensamientos, empiezo a sentir las chispas. Dije que no tenía miedo, pero creo que mentí.

* Cada sílaba golpea como una regla en una pizarra. Ojos de hielo, giro de ciento ochenta grados sobre talones, corriente de aire y después nada más.

* La euforia se ha convertido en recuerdo de una euforia que ya galopa a lo lejos. Sobre llanuras cubiertas de bruma.

* Se desgranan los segundos. El cerebro me golpe contra las sienes. El cuerpo se convierte en un terremoto. Debo evitar a toda costa que las dudas se inmiscuyan, ¡ ahora no es el momento ! Porque ha llegado el momento de las grandes metamorfosis. 

* La miro dormir. A mis párpados les gustaría cerrarse, pero yo quiero asistir a ese espectáculo hasta el final cueste lo que cueste. Su respiración se acompasa con la resaca de un mar de plumas, sus pestañas vibran como sismógrafos. Un ínfimo espasmo crea una mueca irresistible en la comisura de sus labios. El desdeo de besarla es tan fuerte que podría comérmela.

* El timón de la razón se funde al sol y yo me deslizo.

* Una noche de invierno, regresará en forma de copo de nieve que no se funde. Y yo estaré allí. Seré la única que lo reconozca.
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"Ofreces palabras vacías, que no tienen impacto alguno en tu punto de atracción, porque tu punto de atracción no reside en tus palabras."

Plego tu.

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En la vida hay cosas que buscas y otras que vienen a buscarte. No las has elegido, y algunas ni siquiera las querrías, pero llegan y después ya no eres el mismo. En ese momento, hay dos soluciones posibles: o escapas procurando dejarlas atrás, o te detienes y te enfrentas a ellas. Cualquier solución que elijas te cambia, y sólo tú tienes la posibilidad de escoger, bien o mal. 

Yo Mato de Giorgio Faletti 

Dilunes lluvioso

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Me dijeron que escribiera algo bueno, que le pusiera un poquito más de entusiasmo al asunto, y la verdad que soy la primera en querer eso, en serio.  A veces necesito un nosequé para escribir cosas alegres. Pero eso ya llegará. 

Otra persona en cambio me dijo que escribiera algo neutral. "Habla sobre el sexo de los ángeles, o sobre las florecillas del campo"; sobre lo primero, me niego a debatir si los ángeles son hombres, mujeres o hermafroditas, la verdad que no me llama en absoluto. Y sobre los segundo, yo y las flores, contra más lejos y si es en foto mejor. Que es pensar en un campo plagado de flores e inmediatamente veo miles de abejas revoloteando por los alrededores. No hay cosa que me aterrorice y a la vez me de tanto asco como esos bichejos con alas!! Uff, es superior a mí. (Vamos, después de decir esto, ya se lo que voy a soñar esta noche).


Hace unos días empece con el libro de American Psycho de Bret Easton Ellis. Me estaba gustando, lo tenía bastante avanzado, ya iba más o menos por la mitad. Pero cometí un error, ese gran error! Ver la película, sin haber terminado el libro, bueno, bueno, bueno... que liada! Los libros molan, te lo explican todo tan clarísimamente bien y tú lo proyectas en tu cabeza de una forma en concreto. Y además en este libro, te dicen exactamente cada día hasta la ropa que lleva cada personaje. Es una locura. Pero la película, como siempre deja mucho que desear. Se inventan las cosas, o simplemente enlazan temas que no tienen nada que ver los unos con los otros, van al grano. Quieren correr tanto que desvarían. No tiene ni pies ni cabeza. Me ha decepcionado tanto que ya no quiero ni seguir leyendo el libro. Lo que antes cogía con ganas, ahora ya es como una obligación y las obligaciones no me gustan! Soy una rebelde, jaja.

Y si me pongo a hablar de películas, como empiece con REC la liamos del todo! Así que me voy a contener, esperaré a que salga, REC Genesis y luego la destriparé, nono, mejor vamos a darle el beneficio de la duda, va, hoy me siento muy generosa.

La verdad que hoy me siento extrañamente bien, será por este magnífico día soleado que hace no?

Ya lo sabéis, yo siempre al revés!

Ale que tengáis un estupendísimo día!


Y como diría Dani; See you later, alligator! 

:)

Ainara.