Quiero volver a ser la chica feliz. A sonreír con ganas y a sentirme liberada de toda emoción que pueda dañarme de alguna forma.
Quiero dejar de sentir dolor y alejar de mi vida a esas personas inestables que me desequilibran la balanza. Quiero poder dormir del tirón sin que los recuerdos me perturben y los miedos que me acechan me desvelen de mis noches de descanso. Quiero poder salir a la calle y sentir mis pisadas firmes sobre cualquier tipo de asfalto. Quiero alzar mis alas y volar alto, muy alto. Quiero seguir soñando, comerme el mundo a bocados, y no dedicar ni un segundo de mis pensamientos a ese tipo de personas que no han sabido valorarme. Ese tipo de personas que me buscan en otros cuerpos en otras caras, para no tener que reconocerse en la verdad.
Quiero crecer interiormente y sentirme capaz de todo. Quiero despreocuparme por completo de un mañana, y vivir aferrada a un presente cada vez más diferente. Aquí y ahora. Sin un plan especifico que me marque el curso de las horas, quiero improvisar. Quiero no saber que me deparará hoy. Quiero sorpresas enriquecedoras que me devuelvan las ganas de seguir, de luchar y de conquistar.
Quiero bañarme de palabras bonitas, envolverme de miradas cautivadoras y sonrisas plenas. De ojos cómplices, silencios suculentos y caricias ardientes.
Quiero, quiero no dejar de querer, jamás.
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