El comienzo de algo bueno: el cambio.

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Algunas veces intento ser un poco más abstracta cuando escribo, o simplemente me dejo llevar con los cinco sentidos y escribo todas y cada una de las sensaciones que me envuelven. Hay ocasiones en las que describo lo que veo, las impresiones que tengo, o me invento historias.

Otras veces, sólo explico, me abro y me sincero con el mundo, hacia el exterior, pongo el modo diario on, y esta es una de ellas. Hubo un día en que un anónimo, en un lugar no muy distinto a este, me llamo egocéntrica. En aquella ocasión no lo fui, hoy quizás si.

Hay situaciones, tal vez inesperadas que consiguen hacerte cambiar el chip. Puede también que noticias que confirman tus sospechas ayuden a abrirte los ojos y a que ese chip cambie aún mas rápido. Empezaré por el principio. 
Un día frío, no muy lejano, alguien que me conoce posiblemente muy bien, consiguió captar mi atención después de describir esa persona que soy sin ser todavía. Suena extraño, pero si. Es esa persona que sería realmente después de quitarme la coraza, de soltar mis miedos y echar el vuelo de una vez por todas. Es esa Ainara que no quiere salir a la luz, porque la mascara que envuelve mi cara no le deja sentirse ella misma, una forma de protegerse de un mundo quizás cruel o quizás no. 

El segundo toque de atención llegó unos días después, cuando otra persona esta vez una mujer. A la que admiro por encima de todas las cosas, me describió exactamente qué es lo que proyecto al mundo. Las palabras me enternecieron y que queréis que os diga me sentí única después de eso. Me describió como ese tipo de personas que cuando llega a un sitio siempre quiere pasar desapercibida, que se mueve sigilosamente precisamente por eso mismo. Que me retraigo y me protejo a mi misma con mis gestos, que me recojo la manga del jersey, me cruzo de brazos y bajo la mirada al suelo.  Que sonrío mucho, y al darme cuenta de ello, trato de disimular. Que me he creado una coraza para protegerme de los demás, pero soy cercana, y soy de esa clase de persona a la que pararías por la calle y le preguntarías la hora. 
Y lo que más me llegó, es que soy de esas personas, que transmiten algo especial, y es que soy muy especial.
Quizás es lo más bonito que me hayan dicho nunca; que soy especial, diferente, distinta.

Puede que el conjunto de todo lo vivido en tan poco tiempo, de lo que cuento y de lo que oculto. De lo que sé y de lo que intuyo. Puede que todo eso me haya hecho reaccionar, y que ahora de una vez por todas me atreva a estar receptiva al 100%. 

No lo sé, lo único que si sé, es que yo he cambiado y que algunas personas ya se han dado cuenta.

Queda poco para el nuevo año, un nuevo año lleno de nuevos proyectos y de nuevas historias.

Feliz día para ojos lectores y caras sonrientes!!


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  1. Hace algún tiempo, conocí a esta persona. Me interese instantáneamente por ella. No solo era divertida, si no que además tenía una forma de ver todo única. Tristemente, cuando yo la conocí había perdido su sonrisa. Y la había tenido, estoy seguro. Solo que se la había dejado en algún lugar y no recordaba donde.

    No me dio lastima, ni pena. Mas que nada me dio curiosidad. No tarde en darme cuenta de que era de esas personas que son capaces de contagiar su felicidad. Aunque ahora disfrazaba sus lágrimas con falsas caras alegres, no era todo tan falso. No estaba tan triste, estaba herida. Le habían hecho daño, muchas veces. Había pasado de un estado de felicidad absoluta a uno de tristeza en un pestañeo. No hacía mas que recibir golpes. No hacía falta que me explicara todo eso. Se veía.

    Lo llevaba escrito por todas partes. Si no hubiera soportado tantos golpes. Puede que hubiera pedido ayuda. De hecho habría sido lo mejor. Hay personas cerca suyo que la habrían ayudado. Ella creía que nadie se daba cuenta de la verdad que sus falsas sonrisas escondían. Imaginaos si yo que la acababa de conocer lo veía que verían los que la conocían bien.

    Claro, bien la conocían pocas personas. Y mucha gente esta demasiado atento a su propio ombligo como para percatarse de que alrededor hay personas. Por lo que su mentira cuajo mas o menos. Me pregunté cuanto tiempo llevaría así. Y aun hoy no tengo ni idea. Perdimos el contacto casi. Solo quedo un pequeño hilo.

    Desde que recuerdo he encontrado pocas personas, que me hayan hecho interesarme tanto como esta. Supongo que no fue algo mutuo. Se lo pierde. Creo que podríamos conectar bastante bien. Bueno siguiendo con lo que vi. Vi alguien fuerte que no sabía que lo era, unos ojos tristes que habían olvidado lo que era sonreír. Unos labios que pretendían sonrisas que en realidad no existían. Estoy seguro que no todas las sonrisas eran fingidas y que alguna vez eses ojos se olvidaron de llorar cosas lejanas.

    No estaba tan triste como creía, ni tan sola como pensaba. Quien soy yo para decir todo esto. No es como si mis palabras fueran la verdad. Ni que yo tenga la mas absoluta certeza de todo. Es lo que yo pienso.

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  2. Si, esta vez si he sido yo.

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