Yo tengo trocitos de esa lista esparcidas por cualquier parte, no me canso, seguramente abres un cajón y ahí hay una mini lista de cosas por hacer. Quizás debería organizarme un poco más, pero eso es otro tema que no viene al caso. Como los temas son muy amplios, voy a centrarme en algo sobre lo que llevo dándole vueltas estas últimas semanas. Una de las cosas que siempre he querido hacer es coger el coche, un mapa, señalar cualquier punto e ir hasta allí. ¿Dónde vamos hoy? Aquí. Punto, sin peros, ni excusas, sin preparación previa, sin reservas, sin un plan estipulado, a base de impulsos que marquen el rumbo a seguir.
Otra de las cosas que quiero hacer y que he mantenido desde que tengo uso de razón, es un recorrido en auto-caravana por Canadá, quizás sería alcanzar una de las cumbres más altas en cuanto a mis propias expectativas. Y después está el sueño, eso que hay que hacer una vez en la vida. Siempre he dicho que viajar solo tiene que ser algo increíble, una experiencia que hay que vivir. Algo sobre lo que se aprende mucho, y te enriquece enormemente. Esas cosas que le cambian a uno la vida.
Viajar sola, bueno, la visita repentina y esporádica a Bilbao fue una experiencia de la que sin duda me siento muy orgullosa, pero eso no cuenta. Quiero algo grande, algo sublime!

Visitar Bangkok, el triangulo del oro, Chiang Rai, Chiang Mai, adentrarse en la jungla, visita a tribus étnicas, las mujeres jirafa, el baño de los elefantes, y por que no acabar en una de las playas paradisíacas, de Puket, Phi Phi, Koh Samui o Koh Chang!
El año que viene puede ser un buen año.
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