Es de tontos negarse una felicidad. Leí hace poco que en realidad es ese miedo, a revivir algo malo, que habita en nuestro interior el que nos impide descubrir cosas que son buenas para nosotros. Yo quizás me empeño en tratar de ser realista, de ver la lógica de un comportamiento, cuando yo jamás he actuado con lógica alguna.
Quiero desprenderme de todas esas cosas que no me aportan nada bueno, y empezar a vivir un día a día que me haga sentir bien. Lejos de mis propias presiones y exigencias. Disfrutar del momento. Armarme de paciencia y saborear cada segundo como si fuera el último.
Recuerda, no hay imposibles...
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