Coincidencias

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Recuerdo una vez en el colegio, creo que era a la hora del patio, estaba sentada en el asiento de piedra blanco de la pista de básquet, no recuerdo muy bien que estaba haciendo, pero si que en un momento dado extendí los brazos hacia adelante justo a la altura de mi cabeza, en ese mismo instante un balón se dirigía a gran velocidad hacia mi cara. No sé muy bien porque hice ese movimiento no fue un acto reflejo porque ni siquiera mis ojos lo vieron venir, pero ocurrió así y paré el golpe, sin más, esa clase de coincidencias que dices; vaya, qué casualidad.

Me gustan esa clase de casualidades que te hacen sonreír, como cuando un buen día te acuerdas de alguien del que hace mucho perdiste la pista, y justo ese mismo día te lo encuentras, o alguien te habla de esa persona. 
Me gusta cuando después de un largo rato sin coger el teléfono justo al hacerlo vibra en mis manos. Cuando espero algo, o me reinvento en un pensamiento y ocurre. 
Me gusta que a veces mi subconsciente funda cosas reales en los sueños, y lo haga parecer tan verdadero.
Me gusta hacer conexiones de las cosas que veo, a veces observo detenidamente, es como si así almacenara todo lo que veo en la memoria, y luego interelaciono pequeños detalles sin importancia.

Me gusta cuando me cruzo con según que personas, y creo vínculos especiales sin apenas conocerlas. 
A veces creo conexiones demasiado profundas, me pasa con los niños y con las personas adultas, aun sea sin conocerlos, intento meterme en sus pensamientos, y sin darme cuenta me emociono, suena absurdo lo sé. 
Muchas veces me imagino lo peor, que pasaría si ocurriera una catástrofe, como reaccionaría y que sentiría, me es mas fácil pensar en lo peor, que soñar en castillos, príncipes y princesas, aunque también lo hago.

Y hay una cosa, que me encanta de una forma exagerada, me gusta tumbarme en la cama boca arriba, y quedarme dormida poco a poco, me cuesta mucho dormir así, sólo puedo cuando estoy muy cansada, y me encanta, como que se descansa mejor.

Muchas veces hablo de visualizar las cosas, de vivirlas como si realmente ya fueran tuyas, temblar, reír, sentir la euforia de lo que te hace feliz. No me canso de pensar en lo que quiero, y como lo quiero, y no me cansaré de hacerlo.



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