Desmotivación en tres, dos, uno....

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Decepción, pena, ira, rabia, resentimiento, tristeza, rencor. Quizás son demasiadas palabras, pero no suficientes.
Donde están los buenos días, esos en los que despiertas entre sonrisas y dices, joder que bien he dormido hoy! Qué gran día me espera… 

No, no es cierto. Nada, de lo bueno es cierto. Qué mal me siento. 

Estoy harta, harta de siempre alentarme con palabras, pensando en la suerte que tengo de estar donde estoy. Harta de fingir que todo me da igual, y que la felicidad que desprendo es real. Harta de esperar que los demás, sepan lo que tienen que hacer. Mi historia no está aquí, ni allí, ni en ninguna parte, por lo menos no en este mundo. Mi historia se ha consumido, muy lejos de este lugar. Extinguido para siempre. Me planto. Ya no estoy dispuesta a seguir luchando por quien no demuestra nada.
Cuantas veces me he hartado de escuchar eso de… si no esperas nada de nadie, no puede decepcionarte. ¿Perdona? Me niego a pensar de esa forma tan conformista… ¿entonces que hago?, ¿adaptarme a lo que a los demás ya les parece que está bien?, Y mi propia dignidad, ¿dónde queda?.   
Yo exijo, al igual que en ocasiones se me exige a mí. Del mismo modo, que me exijo a mí misma, cumplir todas mis metas. 
Y si no se me da lo que yo espero merecer, ¿a qué estamos jugando?. 
No me gusta perder el tiempo, esperando a que ciertas personas maduren. Las cosas son para mí o no las son, pero lo que no voy hacer es competir. O accedes a dármelo o no. Pero yo no me tengo que ganar nada. Esto no es un concurso de haber quien aguanta más humillaciones para hacerse valer. 
Valgo lo que soy. Y soy para el que sepa valorarme. 

Decepción, por ver cada vez con más claridad, que aun no te he encontrado.
Pena, por jugar a un juego que no me lleva a ninguna parte. No me llena.
Ira, porque yo sé lo que quiero, y tu no.
Rabia, porque sé que esto se acaba, y el final está cerca.
Resentimiento, porque  aun sabiéndolo sigo jugando con fuego.
Tristeza, porque hubiese sido muy bonito. Por lo menos así lo era en mi cabeza.
Y rencor, por dejar pasar esta oportunidad. Quizás la única.


Ainara.

"Un billete de ida, para huir de la rutina."

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