Me descentro, y acabo dejando este lugar. Y no quiero, pero tengo tantos sitios en los que evadirme que me falta tiempo.
Para inventar mundos. Historias que deben ser contadas. Y me falta tiempo para explicar, las sensaciones, las cosas cotidianas que se anteponen en mi camino. Y sigo, deseando que llegue el momento de poner el botón en pause. Aposentarse en la silla, colocar mis dedos sobre el teclado y dejarme llevar.
Cuánto lo echo de menos, y no, no creo que se deba a la falta de inspiración pues se desborda y sale de mil y una formas. No es que me pase el tiempo en otras cosas y no me quede aliento para aquí. Es esa pereza que me acompaña el cuerpo, ese tremendo fallo de dejarlo todo para luego. Más tarde, o quizás mañana, y la hora nunca llega en realidad.
Lo mejor sería invertir en propósitos, como los del nuevo año. Aunque sean locuras transitorias y ganas de gritar palabras que carezcan de sentido. Pero hacerlo un habito. Un momento de mi yo-conmigo y echarlo a volar.
Sentirse fuerte, como un espíritu libre que recorre sin miedo la senda.
Torbellino de sensaciones, universos extendidos a millones de kilómetros de distancia.
Ser así, como el payaso de la clase o la reina bañada en lagrimas.
Pero ser y sentir, como si no hubiese un mañana. Sólo un hoy permanente.
Tan sólo un presente.
Ainara.
Sabias palabras, dan que pensar.
ResponderEliminarPues espero que sean una fuente de inspiración positiva!
EliminarLo son, yo también debería retomar el hábito de escribir, me apetece, y es la hora. Supongo que los dos sabemos a que me refiero.
ResponderEliminarPD: Adoro esa canción.
ResponderEliminar:) :)
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