Ponerse en el lugar...

No hay comentarios:
Que pasaría si fuese yo, la que describiese con palabras lo que mis ojos han visto hoy. Que sucedería si de esas imágenes borrosas fueras un 'tú' devastador que cae y se descuelga. Que pasaría entonces por tu cabeza, como justificarían tus ojos que lo que ven tan solo es una coincidencia, cuando ni siquiera crees en tal afirmación. Que en realidad eres tú el que sacas las cosas de contexto y eso es simplemente lo que es.
Los que ven, y miran sin ver de verdad. Los que posan sus ojos ante el mundo y no ven en su interior. Los ignorantes; jamás formamos parte de algo tan insignificante. Jamás lo hice, ni lo voy a hacer. 
Los que se quedan con la parte superficial de lo que se muestra, y se conforman impasibles ante un montón de poesía abstracta difusa.

Y entonces estoy yo. Que cuando miro me rompo, y cuando me rompo siento. 

Sinceridad

No hay comentarios:
Observo y me detengo cuando el tiempo se aquieta y el mundo va perdiendo el sonido poco a poco. Sigilosa bajo una mirada que a veces parece distraída, dedico toda mi atención hacia un punto. A veces no me ve, a veces finjo que no sé y otras simplemente admiro y callo.

Todas y cada una de las palabras, de los hechos, de los detalles insignificantes que me van atrapando con sutileza. Cuando miro y siento que mis ojos ven, y lo que ven es real. La distorsión no existe, me destilo poco a poco bajo un manto de percepciones que me lleva a la deriva y decido dejarme llevar.

Admiro su forma de ser, su encanto natural. La forma en que me hace reír, y no pensar en nada más. Me fascinan sus planes, sus ideas y esas ganas de comerse el mundo. Me hace temblar cuando me mira, me toca y me transmite lo que siente. Me deslumbra cada día un poco más, cuando descubro quien y como es. Sus gustos, sus pasiones, sus pequeñas alegrías y el modo de reaccionar ante situaciones complejas. Me hace perder el norte cuando me siento entre sus brazos, y desear que el tiempo se pare por un instante eterno cuando estamos juntos.

Apareció y desde entonces no concibo un despertar sin su pensamiento. Y cuando a solas me pregunto ¿qué es lo que tiene...? Sonrío y me respondo; todo.

Todo lo que siempre he deseado.


Es lo que es

No hay comentarios:
Puede que ya estuviera allí, donde el tiempo no tiene cabida ni lugar. Puede que quisiera permanecer allí toda una eternidad, estirarse en el suelo y observar. Todo lo conseguido, todo lo adquirido; conocimientos, lecciones, nuevas pautas para seguir hacia delante.

Era la misma, aquella chica que se sentía valiente ante los miedos que le querían vencer. Era silenciosa y se distraía mordiéndose las uñas para acallar un nerviosismo que no transmitía. Tan apartada del mundo y de la realidad.

Quería seguir allí vislumbrando lo que viniese a continuación. Pero ya no estaba sola, ahora su burbuja se entreabría al exterior. Dentro de su mundo, donde las cosas nunca eran lo que parecían. Dentro de su rareza extraña que unos pocos comprendían.

Ahora todo eso restaba dentro de aquella mitad que sin desaparecer, se compartía. Emprendía para dar paso a un nuevo episodio, y una nueva historia con ganas de empezar. Aquello ocurrió un veintiocho, pero no un veintiocho cualquiera. No para ella, y menos para mi.


Un antes y un después, 
que en mi recuerdo yace 
y en mi presente permanece. 


Cierro los ojos

1 comentario:
Las ideas vuelven a fluir, y mis dedos a escribir.

Cierro los ojos, con fuerza. Se dilatan los sentidos, y se expanden las emociones que agitadas me remueven por dentro. De adentro hacia afuera para sentir la autenticidad máxima de los rincones desconocidos que me pertenecen. Para conocer cada una de las células y cada uno de los lugares que me corresponden. Se estremece en mil pedazos la calidez de sus encantos en mi pensamiento, cada movimiento recordado provoca ese cosquilleo persistente donde todo sienta mejor.

Me quedé muda, y admirada por los detalles, la belleza de las cosas insignificantes. Y quise saborear cada instante descubriendo que el siguiente sabía mejor que el anterior, no me distraje, no quise perderme ni una sola letra que formaban las palabras que provocaba en mi, siluetas de sensaciones desbordándose en un presente único y especial.

Cierro los ojos con fuerza, y me dejo llevar por su sonrisa, por sus labios, sus gestos, su mirada, sus manos acercándose más y más. Y sentir, como si no hubiera un lugar, como si todo lo demás dejara de tener importancia y centrarme en ese instante. En un tiempo único que no se desliza y pausado me estremece queriendo perder el sentido de las horas, y las ganas de quedarme ahí ignorando lo que ya no me importa y dedicando cada intervalo de mi atención en sus palabras, su sonrisa, sus labios, sus gestos, esa mirada y esas manos acerándose más y más.

[Des]prenderse.

No hay comentarios:
Todavía recuerda cuando mandaba señales al aire esperando improbables respuestas que rebotaban con paredes huecas y volvían a desaparecer. Casi en el olvido yacía estancada buscando un solo motivo, algo que la sacara de su empeño en hacerse la vida un poco más complicada. Cuando ya no le quedó aliento para seguir sufriendo, se apartó del mundo. Entreabriéndose a sus propios principios, fue dictando todas y cada una de aquellas cosas que le hacían tan feliz. Aferrada a sus sueños, fue tejiendo poco a poco los retales de una vida que justo empezaba a coger forma. Se estiró en el umbral de dichoso silencios y aguardó por un momento.

Ahora está aquí, con la mirada perdida en su mente, dibujando el destello que transmiten sus ojos y se desprenden hacia el interior de sus pensamientos. Se estremece cada vez que nota sus labios acercándose a su boca, se dibuja esa sonrisa trémula cada vez que se desnuda en la mirada. Se prende un segundo antes de sentir el fuego quemándole la piel, y se deja llevar a la deriva de cada una de la sensación que se atreve a tomar el control.
Y ahora despierta sueña, sueña aquellas cosas que le devuelven la vida y que tan reales aparecen día tras día. Está aquí, silenciosa y se envenena de cada pretensión a sentir más y más y a someterse a una locura infinita de 'tequieros' dibujados sobre el papel.

No siente miedos tras la espalda, ni ese tintineo de hoy no y puede que mañana tampoco. Ahora el 'sí' rotundo vive tras su nuca, y se deja llevar, sentir, y sincerar porque puede.
Y lo mejor de todo, porque así lo quiere.