Antes me importaban esas cosa que aunque sabes que no son para ti, las quieres, haces lo imposible para que vengan hacia ti, te decepciona saber que por mas que intentas, nada. Y te entristece, incluso a veces ataca la autoestima. Ahora, he llegado a ese punto en el que me da igual. Pienso que si algo tiene que ser para mí, perfecto, porque lo será. Y si no tiene que serlo, perfecto también. Siempre hay un motivo detrás. Esa clase de avisos que pocos entienden, y muchos no quieren ni ver, ni entender.
¿Conformismo? Tal vez.
Pero tenga que ser o no para mí, no me conformo con cualquier cosa.
Por ejemplo, no me conformo con ser el último pensamiento de nadie. Y si tengo que hacerlo, que sea el último antes de dormir.
Moltbonanit.
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