Sentir los sentidos

No hay comentarios:
El frío me cala los huesos y al hacerlo, siento. Como si desde un leve hormigueo despertaran todos mis sentidos. Se agudiza el tacto, los olores intensos, la vista se vuelve más clara y los sonidos más reconfortantes. Como si de la nada se avivara la autoestima y se engrandeciera el ego. Sí, el ego. Ese ego adormecido que yacía por algún rincón de tu interior. Y atraviesa los muros y se ensancha. La sensación de no caber dentro de uno mismo.

Caminaba atravesando ese frío estático que se palpa en el ambiente. El mismo que congela las manos, y la punta de la nariz. Sonreía para mis adentros, quizás por lo que este entorno transmite, los recuerdos, los olores, esos momentos que no sabría explicar y que a todas partes me acompañan. Esas pequeñeces que en las tardes ya oscurecidas apetecen.

Descubrir, hallar, rencontrarse con partes olvidadas. Hacerse a un lado para sentirse a uno mismo, para llegar a ese punto en el que todo lo que te envuelve, por insignificante que sea te parece lo más bonito, increíble, extraordinario y genial del mundo mundial.

De verdad, lo recomiendo al cien por cien.

No hay comentarios:

Publicar un comentario