Lo sé parece absurdo, pero yo soy así, que hay cosas, tonterías que me hacen mucha ilusión y me emociono, no lo puedo evitar. Una montaña rusa de emociones arriba y abajo, como ese momento del día en el que no puedes parar de reir, porque si, porque estás tan jodidamente bien que no importa nada más. Benditos momentos de felicidad extrema que llegáis cuando más os necesito!
Tonterías, chorradas sin importancia que vienen a revolucionar por completo ese estado inerte lineal que no conmueve, y te mantiene en un estado vegetal permanente.
Personitas que con cualquier tema te alegran el día. Esas mismas personas con las que creas un vínculo especial desde el primer momento en que sonríes y dices hola.
No se me da mal calar a la gente, yo soy de esas que siempre observa sin llamar mucho la atención y luego me acerco sigilosamente hacia el lado que más me conviene.
No sé, estoy contenta, nuevas personas de prácticas, es la primera vez que me dejan al mando, y que enseño todo lo que sé, sin que esté ahí el señor Bienve para echarme una mano. No se me da muy bien mandar, no me creo con ese poder, trato de igual a igual, me gusta enseñar lo que sé, llevarme lo mejor posible, explicar historias, reírme, incluso crear nuestras propias anécdotas. Es simplemente genial. Me gusta conocer a gente que realmente vale la pena. Estoy teniendo mucha suerte, y cada día que pasa estoy conociendo a personas que con pequeños gestos me cambian la vida.
Me estoy poniendo sentimental, jaja.
De todas formas, tengo que decir que aunque me enfade y diga que no quiero, que me agobia, en el fondo me encanta cuando el móvil hace tiririí.
Gracias a esas personas que me hacen sonreír.
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