6 de mayo del 2012

Hoy tengo la lágrima fácil. Sin motivo, a veces pasa, que te despiertas un poco más sensible de lo normal. Puede que la migraña lo acentúe un poco, es asqueroso tener ese dolor, yo lo imagino como una linea atravesando el cerebro. Llevo unos días con la temperatura del cuerpo más baja de lo normal, yo digo que en esta casa hace mucho frío, mi madre en cambio tiene calor. Seré yo, pero aquí hace frío. Para eso están las duchas de agua bien caliente, aunque para la cabeza no sea lo mejor. Me encanta quedarme debajo del agua, un buen rato, no lo puedo evitar, es como una adicción más.

Pero bueno mejor cambiar a un tema un poco más alegre, a ver si así nos animamos un poco. 

El viernes como cada primer viernes del mes, se hizo la sesión de cerebros; que consiste en seccionar los cerebros de las autopsias no fetales realizadas el mes anterior. Como yo llego antes que Dani, soy la que se queda ayudando en la sesión, con las fotos y demás. 

Este viernes antes de la sesión normal, se hacía otra sesión con los residentes de neuro. Cuando llegué a la sala de necros, me encontré a varios grupos cada uno con su cerebro correspondiente seccionado encima de las mesas. Tenían que volver a montarlo como si fuera un puzzle. A mi me hacen feliz las cosas insignificantes que la gente no valora. No sé, ver la cara de felicidad que tenían haciendo algo que les gusta. Para mi fue como un golpe de energía. Y me quedé ahí, observando esas caras alegres, esa media sonrisa, esos ojos chispeantes, ese nosequé. 

Supongo que es la misma cara que pongo yo cuando cojo una sierra de stricker. 

Yo creo que es importante trabajar en lo que te gusta. Luchar para conseguir pasar gran parte de tu vida haciendo algo que te llene realmente. Es esencial. A pesar de lo que digan, aunque sea difícil, lo imposible no existe. Hay que hacerlo, hay que intentarlo y conseguirlo. Es tu futuro. 

También pienso que es esencial que las personas que tienes alrededor valoren lo que a ti te hace feliz. Aunque no te guste, aunque no compartas esa devoción, si sabes que le hace feliz, con eso basta. 

Yo he tenido al lado a una persona que odiaba que yo me sintiera tan bien con lo que hacía. Que me fuera un sábado a trabajar con la sonrisa de oreja a oreja, le recomía por dentro. Que cuando le contaba mis planes de futuro ponía en duda mi capacidad.  No creo que sea bueno tener a personas así cerca, y supongo que ese fue uno de los tantos motivos por los que ya no está a mi lado.

Siempre me voy por las ramas, siempre!

Si un día empezara a explicar todos y cada uno de mis pensamientos, seguramente serviría para una novela de ciencia ficción.

En fin... 

Feliz día de la madre!!