Ninguém...

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Hoy toca, hoy ha llegado ese día. Toca hablar de eso que tanto me recome por dentro y tortura mi cabeza. Ese tema que tanto me cuesta sacar y sin embargo siempre llevo a cuestas. Hoy toca hablar de mi padre. La persona que mas he querido en este mundo, y a la vez la que me ha hecho mas daño. Y es que, ya van hacer nueve meses desde la última vez que escuché su voz. Y un año y seis meses desde la última vez que lo vi. 

Hace seis años mi padre cometió una de las mayores estupideces de su vida, (una de muchas). Yo pensaba que mi padre se equivocaba muy pocas veces, de pequeña lo veía como un ser perfecto, que lo sabía absolutamente todo y siempre tenía razón. Mas tarde me di cuenta de lo equivocada que estaba. Un buen día dijo que no le gustaba la vida que llevaba, que prefería esta siempre de viaje, a estar en casa con nosotras, mi madre y yo. Recuerdo estar escuchando esa conversación detrás de la puerta del comedor... escuchar sin prestar atención... había oído tantas veces discutir a mis padres, que me costaba creer cuando se trataba de algo en serio. 
Pero todo siguió... todo se fue desmoronando a mi alrededor, mi madre se volvió un ser inerte, un cuerpo sin vida que vagaba, sin rumbo deseando la muerte. Dejé de existir para ella, deje de ser. Quise aferrarme a mi padre. Entendía perfectamente que se pueda dejar de querer a alguien, es algo normal, y aunque difícil de entender cuando se padece, bastante comprensible. Pero lo que no podía imaginar era que me estuviera engañando a mi también. "No, no ha sido por otra mujer..." y yo le creí. Pero un mentiroso siempre acaba delatándose, y esta no iba a ser una excepción. 
Ese hombre, ese padre que detestaba a los niños, que ni si quiera me soportaba a mi, que soy hija única, dejó a su mujer y a su hija, para irse con una mujer con cinco hijos... increíble. Jamás dejaría de sorprenderme. 
Mi madre cayó aun mas bajo, vi como pasaba de un extremo a otro sin control, desde el despecho hasta la depresión, de la ira, el odio, hasta la euforia falsa de este sentimiento de traición. Cuanto dolor. Y todo lo que pasó después... 

Detesto acordarme de él cada maldito día que pasa, detesto guardar tantas cosas dentro que no he podido decir, y detesto aun mas que no cargue sobre su conciencia todo el mal que ha causado.
Tiene su merecido, lo tiene y me da pena. Sabiendo que la primera noticia que tenga de él será la mas triste que jamás te puedan dar. Esto se me hace demasiado grande...

"Tu, que formabas la parte mas alta de mi altar, tu que me enseñabas cada paso que dar, me dabas consejos y a veces entreabrías tus brazos y decías un te quiero entre susurros. Tu, destruiste todo lo construido, derrumbaste los cimientos de tu cumbre y caíste a lo mas profundo. Tu, que eras mi padre, ya no eres nadie."

 Ainara.


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