El país de la piruleta.

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Como tantas otras veces, falto a mi palabra de publicar todos los días, no es novedad, me cuesta mucho seguir una rutina sin cansarme. Pero no le daré mayor importancia de la que en realidad tiene.
Tengo muchas cosas que decir, muchos temas que tratar, y una vida entera para ello. 

No me considero una persona igual al resto, ni tampoco me considero un bicho raro aunque a veces me de esa sensación. Sobretodo cuando veo que la mentalidad de hoy en día está muy lejos de la mía. Tampoco me preocupa demasiado. No soy una persona que se deje influenciar por el pensamiento de los demás, yo tengo el mío propio y aunque a veces tenga mis altibajos, soy feliz en mi mundo.
Si, me he topado con mucha gente que opina que hoy en día no se puede vivir sin los pies en el suelo, gente que dice que no existe ese mundo idílico, que eso "solo pasa en las películas", y una mierda! (y siento el lenguaje tan explícito y fuera de contexto, pero es así), me niego rotundamente a pensar de esa forma. No quiero. No estoy de acuerdo. Existe ese mundo, existe y sólo hay que creer en ello. Hay que tener un sueño, y seguir con él, hasta alcanzarlo. Yo vivo en el país de la piruleta, y no me avergüenza decirlo, yo he sentido como el corazón se me salia del pecho al probar los pequeños placeres de la vida. He sentido cada célula de mi cuerpo y he experimentado multitudes se sensaciones indescriptibles, sin necesidad de droga alguna. Si... debo ser una yonki del amor. ¿Y? Debo sentirme peor?,  a caso soy mas ingenua que la gente insatisfecha que va por el mundo negando lo que jamás fueron capaces de sentir? O quizás no supieron hacerlo... no es mi problema, yo si sé. 

Y es que hay una cosa esencial, una cosa que tienen los niños y que no debería perderse jamás en la vida... IMAGINACIÓN. ¿La tienes? Úsala, dedica a pasear por la calle levantando la cabeza, respirando el aire e imaginando que pasará después, o que te gustaría que pasara entonces. Recuerda, pero no hagas del recuerdo tu alimento del día a día o de lo contrario jamas levantaras la cabeza (gran error que debo enmendar). Soy feliz en el país de la piruleta, en el parque pica-pica, donde se cruzan la calle de los corazones de fresa-melocotón con la calle de los chicles de melón. Me gusta deleitarme con los pequeños detalles, que para mi son los mas grandes. Creo en todo lo que pasa en las películas, y sueño en que todo puede ser posible. Joder! no hay gente que cree ciegamente en una religión? Pues hay que respetarlo del mismo modo. 

Hace tiempo que admití que en el mundo hay muchas formas de pensar, hay muchos puntos de vista y que hay cosas que es mejor ocultar. Pero, yo seguiré pensando lo mismo. Seguiré mirando a la gente, observando los gestos, la expresión de sus caras, el tono de la voz. La media sonrisa aguada. Todo, incluso lo que hacen sin percatarse. Me encanta averiguar cosas sin que medien palabra. Sentir lo que la gente me dice, sentirlo como si fuera mío, aunque a veces corra el riesgo de sufrir. Me da igual. 

Siempre he pensado que la gente que se ha cruzado en mi vida, estaban ahí por un motivo, en mi mundo, las casualidades no existen. Me he dado cuenta que hay mucha gente a la que le tengo que demostrar cosas, como que se equivocan en una forma de pensar, como aquel que no sabía que era amar a alguien... y lo consiguió gracias a mí. Me hace feliz, ver como puedo ayudar a la gente, como enseño y dejo huella. Para mi es importante. Del mismo modo, pasa a la inversa, hay personas que se cruzan en mi vida para aportarme cosas, y no es que sea interesada, es que me gusta aprender, y mejorar día a día con las pruebas que se me presentan constantemente. Supongo que por eso, no puedo decir que tenga una vida demasiado aburrida, aunque a veces se pase de pesimismo... lucho contra los obstáculos, y avanzo. Debería sentirme orgullosa, y hoy, me siento así. 

Tengo suerte, mucha suerte.


Ainara.






"Si no tenéis historias,

                 no tenéis nada."

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